lunes, 28 de marzo de 2011

Vida

      Volvemos a un nivel de estabilidad aceptable...estudios, amigos, descansos en fin de semana y cervezas los jueves por la noche. Agobios debidos a trabajos que se nos han acumulado y se escapan de las manos, y que, pese a suceder esto todos los años, no aprendemos nunca que los trabajos se hacen antes de última hora. Vuelta a la vida sana, comer bien, hacer deporte, descansar las horas necesarias...

     Y puede que todo esto que esté escribiendo sea una soberana tontería, pero me parece que la llegada de la primavera, hace exactamente una semana, me está afectando y hoy hace un día estupendo para ponerme a escribir, así que...a eso voy.

     Ideas en tu cabeza. Montones de planes. Viajes y actividades que querías hacer. No todas de ocio, por supuesto. Todo encajado perfectamente en tu cabeza a la perfección. Y te repites constantemente que lo harás, que nada te hará cambiar de opinión. Pero en un momento determinado tus barreras caen por algún motivo. Lo intentas evitar pero desgraciadamente, sigue ahí, y no se va. La cuestión es...¿ le das la espalda o continuas con él? 

     Creo que no podemos planificar cada maldito instante de nuestra vida. Vida, como se suele decir, sólo hay una, y... ¡qué diablos! No todo son estudios y no voy a planificar cada movimiento que tenga que hacer. Si me quiero equivocar con una persona lo hago, y si quiero pegarme de morros contra la pared para ver que realmente no la puedo atravesar, también. 
Voy a disfrutar con cabeza el tiempo que nos dan de vida desde el momento en que nacemos. Voy a sacarle máximo rendimiento a los días, aunque eso signifique dormir 14 horas seguidas porque mi cuerpo me lo pida. Voy a arriesgar cuantas veces haga falta, porque quien no arriesga no gana. 

En resumidas cuentas, voy a vivir.


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